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Los boquerones a la vinagreta son probablemente uno de los aperitivos más sencillos y deliciosos que podamos imaginar. Un placer gourmet en un abrir y cerrar de latas. También pueden ser el ingrediente estrella de pintxos y platos más elaborados… En cualquier caso, resultan irresistibles. Si los habéis probado, ya lo sabéis. Si no, os animamos a hacerlo. Y para ponéroslo más fácil, os contamos algunos trucos y recetas para disfrutarlos al máximo.

Pero empecemos por el principio, recordando las cuáles son las diferencias entre la anchoa, el boquerón y el bocarte.

Boquerones a la vinagreta y anchoas del Cantábrico
Diferencia física entre el “boquerón” a la vinagreta y los “filetes de anchoas” en aceite de oliva.

Y la diferencia es… ¡básicamente, su elaboración! Es verdad que, en función de la zona o región en la que estemos, tendemos a llamarles de una forma u otra pero lo más generalizado es lo siguiente:

Así es, en realidad, cuando hablamos de anchoa, boquerón o bocarte, hablamos de la misma especie, cuya denominación científica es Engraulis. Eso sí, lo que debes saber es que no todas las anchoas son iguales. Su denominación científica es engraulis dentro de este género existen distintas variedades dependiendo de la zona de captura. En Conservas Serrats, sólo utilizamos anchoa primavera de la más alta calidad, la Engraulis Encrasicholus, pescada en el Golfo de Vizcaya y en su momento óptimo entre los meses de abril y junio que es cuando está en su mejor momento de grasa y sabor.

Y un último dato para que os convirtáis en auténticos expertos… El tamaño medio de los boquerones que utilizamos es de unos 12 cm. Los boquerones de tamaño medio tienen una carne en crudo más clara que los grandes que desarrollan ya algo más de color pardo.

Cómo comer los boquerones a la vinagreta

El boquerón en su punto es aquel cuya carne no está ni tiesa ni blandurria. En la boca una delicia. Generosamente aliñados con vinagre de vino, aceite de oliva de sabor suave, sal y especias al gusto.

Nuestros boquerones proceden del Cantábrico y se limpian y preparan de forma manual, poniéndole todo el mimo y cariño con el que elaboramos todos nuestros productos. Destacan su textura suave, el punto justo de dureza y de vinagre y la blancura de sus lomos… Se pueden sacar directamente de la lata y degustarlos; en este caso, como el aceite que utilizamos en la conserva es muy suave para no “canibalizar” el sabor del boquerón, recomendamos añadirles un chorrito de aceite de oliva virgen extra justo antes de servirlo.

También se les puede añadir un poquito de “ajopere”, que consiste en batir el aceite de oliva virgen extra con el perejil fresco y ajo al gusto hasta que emulsione… ¡Delicioso! Un pan recién tostado y ¡tocaréis el cielo!

Recetas con boquerones a la vinagreta

Asimismo, el boquerón a la vinagreta también marida maravillosamente bien con las verduras asadas: calabacín, pimiento verde, rojo, berenjenas… Por ejemplo, es una buena idea preparar unas tostas: sobre el pan recién tostado, ponemos las verduras asadas y encima el boquerón en vinagreta; rematamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Recetas con boquerones
Además, en este blog puedes encontrar varias recetas y aperitivos con distintos usos de los boquerones, que seguro te darán muchas pistas e ideas:

Si te apetece, puedes encontrar muchas más recetas en nuestro blog serrats.com/recetas, elaborar tu propia idea y participar en nuestro concurso de recetas.

Cómo conservar los boquerones a la vinagreta

La lata de boquerones en vinagre es una semiconserva y como tal, debe de guardarse en frío. Los boquerones a la vinagreta en conserva deben consumirse en un máximo de 3 meses aproximadamente. Además, desde la fecha en que los compras hasta que los consumes, los boquerones van madurando dentro de la lata; es decir, los boquerones recién puestos en conserva son de carne más tersa que los que llevan ya dos meses en lata. ¿Cuál es mejor? ¡Es cuestión de gustos!

Si abrís una lata de boquerones y no la termináis, os recomendamos que la guardéis en el frigorífico, durante un máximo de 2 o 3 días, cubiertos de su líquido de cobertura o de aceite de oliva.

¡Qué los disfrutéis!

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