Como toda conserva excelente, el punto de partida para la elaboración de nuestro caviar de erizos en conserva consiste en la selección de la mejor materia prima. En este caso, nuestro Caviar de Erizos de mar, procede exclusivamente de las Rías Gallegas. Quizá algunos de vosotros los hayáis conocido como “Oricios”, que es la denominación que se le da en Asturias, donde su consumo es muy popular.
Su proceso de elaboración es muy delicado, ya que hay que hay que extraer las huevas enteras de los erizos de mar recién recogidos y en fresco, y limpiarlas con mucho mimo y cuidado para que no se rompan. Como curiosidad, las huevas, la parte naranja, se llaman “gónadas”.
En Conservas Serrats ofrecemos la conserva de caviar de erizo de mar al natural, manteniendo de esta manera su delicioso y profundo sabor a mar. Por supuesto no contiene ningún aditivo, sólo contiene las huevas del erizo directo del mar.
Cómo comer y conservar el caviar de erizos de mar
Esta conserva es cada vez más codiciada y para disfrutarla no hace falta más que abrir la lata… Puede consumirse sin aderezo alguno para no alterar su sabor exquisito a mar, su olor, su textura… Solamente una pan fino recién tostado y hay quien le pone unas gotitas de limón. ¡Maravilloso!
Pero para los más cocinillas, que sepáis que el caviar de erizo de mar también combina especialmente bien en revueltos, sopas, cremas, arroces y pastas. Además, en este blog también podéis encontrar ideas muy originales de recetas con caviar de erizos, animaos echar un vistazo para encontrar vuestra favorita. Por supuesto, si se os ocurre alguna otra idea en la que utilicéis este producto, os invitamos a enviarla a nuestro concurso de recetas.
Como es una conserva, no necesita ningún cuidado especial: basta con guardarla en la despensa, un lugar a ser posible fresco y seco donde no le de la luz del sol de forma directa. Una vez abierta la lata, puede guardarse en el frigorífico, siempre en un envase cerrado, durante 1 ó 2 días.
Además de ser delicioso, a nivel nutricional es muy interesante por su alto contenido en proteínas de alta calidad, su casi nulo contenido en grasa y porque además aporta vitamina A y minerales como yodo, hierro, fósforo y potasio. Vamos, que ya no hay “peros” para incluirlo en nuestros momentos gourmet más especiales.