Este fin de semana tenemos una cita con una de las fiestas más entrañables de Bizkaia: Madalen Eguna, festividad de la Magdalena. Cada 22 de julio, tres pueblos costeros de (Bermeo, Mundaka y Elantxobe) celebran una tradicional fiesta marinera, que rememora el día en que la isla de Izaro fue incorporada al término municipal de Bermeo. Hoy en día es una celebración de hermanamiento entre las tres localidades.
Es cierta la vieja disputa sobre la titularidad de la isla, pero está más que cuestionada la leyenda que da origen a la fiesta…
Cuenta que Bermeo y Mundaka querían apropiarse de la isla de Izaro. Para arreglar ese problema, se acordó hacer una regata y que el vencedor se quedase con la propiedad de la isla. La regata daría el comienzo al amanecer, cuando el gallo cantase, y sería arbitrada por Elantxobe.
Llegó el momento y el gallo cantó. Bermeo ganó la regata, pero la leyenda de Mundaka dice que los bermeanos ganaron injustamente porque, según ellos, los habitantes de Bermeo encendieron una hoguera para que el gallo cantase antes de lo previsto y esa “ventaja”, hizo que ganase Bermeo.
Sea como fuera, el caso es que la regata se conmemora el Día de Santa María Magdalena, con una fiesta de hermanamiento entre las tres localidades. Su acto principal es la llegada en barco hasta las costas de Izaro, donde el alcalde o alcaldesa de Bermeo lanza una teja al mar mientras proclama: “Hasta aquí llegan las goteras de Bermeo”, “Honaino heltzen dira Bermeoko itxuginak”. Luego se desembarca en ella y colocan en el lugar más alto de la isla una ikurriña y la bandera de Bermeo.
En Elantxobe, el alcalde entrega la vara de mando, makila, al de Bermeo. Y por la tarde, se repite similar ceremonia en la localidad de Mundaka. Por último, la comitiva oficial y popular, concluye en Bermeo con un gran ambiente festivo.
Cientos de personas se suman al cortejo marítimo a bordo de sus embarcaciones y festejan cada parada en un clima de hermandad y fiesta entre los habitantes de las tres poblaciones, vestidos de color azul mahón y pañuelo al cuello.
Fotos: Bermeoko Udala