Hoy 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, que conmemora el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud. Cada año, este día trata de concienciar sobre un tema de salud específico que preocupe a las personas de todo el mundo. Este año, el tema central es la depresión. Un mal que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales, y de todos los países.
Hay que tener en cuenta que la depresión la puede padecer cualquiera y no es en ningún caso, un signo de debilidad.
La depresión provoca angustia mental y afecta a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples. No obstante, se puede prevenir y tratar. Comprender esto contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad y conllevará un aumento del número de personas que piden ayuda.
Vida saludable
Además de la importancia de pedir ayuda, otro factor a tener en cuenta es la importancia de llevar un estilo de vida saludable, física y mentalmente. Una alimentación equilibrada, hacer ejercicio, dormir bien… son hábitos que se traducen en una mejor salud física y mental.
En el caso de la alimentación, esta no solo afecta a la salud «física», sino que también actúa sobre el estado de ánimo. Una dieta desequilibrada puede llegar a causar diversos desajuste mentales, entre otros, depresión. Por el contrario, a través de alimentos ricos en triptófano, precursor de la serotonina, y algunas vitaminas y minerales más, se pueden combatir algunos síntomas.
Hay varios estudios que señalan que los ácidos grasos Omega 3, presentes entre otros alimentos en pescados azules como el Bonito del Norte, sardinillas, anchoas… contribuyen positivamente en conseguir esta dieta equilibrada.
En definitiva, mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio, dormir lo suficiente, tomarse tiempo para apreciar las cosas, aprender cosas nuevas, alejarse de ruidos y luces intensas, apoyarse en amigos y familiares y convertir el tiempo libre en una prioridad son pautas recomendables a seguir.
